¿Vacaciones excitantes? Yo no es que sea aprensivo, pero tampoco me lanzo de cabeza a cualquier destino, aunque me lo proponga Norma Duval, con la voz sugerente de garganta profunda y el corpiño ajustado. Es que lo exótico pierde mucho de cerca. Por ejemplo, ¿sabía usted que en Guatemala, Indonesia y Madagascar puede pillar un cólera de mucho cuidado? ¿Y que en en Asia se puede pescar una encefalitis japonesa? Si escoge la fiebre amarilla, tendrá que buscarla en África o en América central. Y ¿qué me dice del norte de África? Sí, muy bonito, pero hay tifus y, lo que es peor, enjambres de guías voluntarios importunando al turista constantemente. ¿Países tropicales? Ahí gastan la hepatitis A y su prima la B. ¿Sudeste Asiático? Cuidado con pescar el dengue, rara enfermedad de la que se verá pero que muy negro para encontrar remedios. ¿Le apetece safari en el África central? Estupendo Coronel Tapioca, pero además de un bolso de piel de león picado de polilla, que le costara un pastón, puede traerse también una meningitis meningocócica. O sea, ¿para qué seguir? Mejor quedarse en este sufrido país ¿no le parece?
Sí. Nuestra tierra, el solar del Cid, de Santa Teresa, la sandalia andariega del místico hecha con la piel de Rocinante. Lo nuestro. Este país antes denominado Expaña, un país tan incomprendido como desconocido por sus propios habitantes. Deje a sus vecinos, los horteras esos, los trópicos y los destinos exóticos. Pase estos estos pocos días como un aventurero, al azar, metiéndose por carreteras comarcales, dejándose llevar a donde la suerte le lleve. Mear detrás de un seto mientras contempla una capilla románica. Orear los pies doloridos a la sombra de una catedral gótica. Cambiar un neumático con un monasterio arruinado al fondo. Allí un recoleto museo local, allá una confitería de pueblo con una confitera vistosa y reidora que lo convida a casi todo. Pasear al atardecer por plazas anónimas. Conversar con el mozo que lleva las vacas. Echar un cigarro con el cartero rural. ¿Y los jamones regionales, y los quesos, y la cecina, y el pan con tomate y aceite de oliva, y el cochinillo asado, y el cabrito con ajos, y la leche frita, y la calcotada, y la fabada, y el pisto, y el gazpacho colorado, y el ajoblanco como la leche, y las sardinas a la brasa, y la esqueixada, y la mojama, y las manitas de cerdo, y el suquete de escórpora con patatas, que no sé lo que es, razón de más para pedirlo y averiguarlo?
O sea, dejémonos de pamplinas y descubramos España.