Catedral
Un fascinante universo mítico e irónico, tierno y feroz.
En un jergón del cuarto de las campanas, el robusto canónigo sacia su frenesí sexual con la delicada esposa del contable. El campanero cómplice, alfeñique y estrecho de pecho, espía por una rendija y se masturba; la momia del obispo insepulto, desvelada por la visita de doña Carmen Polo de Franco, vaga por los lóbregos corredores y aposentos ignorando si está viva o muerta; el fantasma del Condestable asesinado frente al altar mayor ha olvidado las batallas y las solemnidades, pero aún evoca el armonioso trasero de doña Guiomar arrodillada en su reclinatorio; Homero Akrites, el griego que fabricó la reliquia del rostro de Cristo; el aviador alemán que se enamoró de los tejados de la Catedral mientras bombardeaba la ciudad; los esculpidos apóstoles que cotorrean en las bóvedas; la macabra broma del general Queipo de Llano; el obispo que voló a lomos del diablo; maestros de obras y arcángeles, canteros y místicos, ciegos y suicidas, santos y pecadores…
En el abigarrado tapiz colorista de esta «Catedral» se entrelazan, aboliendo los límites temporales, las vidas mezquinas o sublimes, famosas o ignoradas, reales o imaginadas, de una inolvidable galería de personajes. Como contrapunto, la monótona y sórdida existencia de una ciudad provinciana en los años cincuenta. Un relato poético e irónico, tierno y feroz, que articula su fascinante universo mítico sin renunciar a los recursos de la novela moderna.
Último libro
Pocas civilizaciones son tan fascinantes como la romana, dos mil años después el legado de Roma es la base de la cultura occidental.